Capítulo II

CAPITULO II

SANTA CRISTINA……………RELATOS.

         

          Quiero, en primer lugar, que hagáis un ejercicio de imaginación para poder entrar mejor en el contexto de la vida y obra de los hombres y mujeres que poblaron este Pueblo hace, aproximadamente, SEISCIENTOS AÑOS.

          Así creo que era Santa Cristina:

          El río Órbigo no pasaba por aquí, serpenteaba tranquilamente bajo los cuestos de la Mota de Benavente.

          Consecuentemente no había puente, ni carretera, ni nada solido que garantizara, al menos, el acceso en invierno a la Villa-Capital.

          Las vías de comunicación con los lugares o aldeas colindantes como Arcos, Santa Colomba, Mozár, Villanazar, Colinas, San Martín, Requejo-Manganeses, eran de herradura o escotero; quiere esto decir que solo se podía transitar con caballería (nada de carruaje). Eran simples sendas que ellos tuvieron que hacer. Me voy a permitir una licencia y recordar a D. Antonio: ¡Caminante, no hay camino! Se hace camino al andar…

          Con Quiruelas y la Villa-Capital, estaban comunicados por el Cordel Sanabrés (Cañada), que tenía 45 varas de ancho, (37’50 metros). Este Cordel o Cañada fluía a la Cañada Real Berciana en Benavente.

          El panorama que aquí se encontraron los pobladores o repobladores, era bosque y monte, nada más. Había que empezar de cero. Había que construir habitáculos para las personas y animales. Por ahí empezaron, y lo hicieron con los materiales que tenían más a mano: barro y leña. Figúrense la consistencia de las mismas. Pero ellos salvaron el apuro y poco a poco, pasito a pasito construyeron las bases de lo que posteriormente fue y sigue siendo Santa Cristina.

          Estos habitáculos, casas, cabañas o humos (así se llamaban cuando estaban ocupadas) formaban una especie de piña, muy juntas unas de otras, con calles muy estrechas, ventanas escasas y pequeñas y puertas reforzadas. ¿Para qué esta estrechez? Para defenderse en comunidad de posibles maleantes.

          Concretamente aquí en Santa Cristina, esa piña estuvo ubicada en la manzana de la actual casa Rectoral y alguna calle limítrofe. A mi juicio, hay la suficiente documentación que puede corroborar lo que digo.

          En segundo lugar, no se pueden considerar a los colonizadores como gente con prejuicios; eran, ante todo sumisos, ignorantes y empapados del fatalismo que más convenía a los poderosos. El simple hecho de estar desarraigados les hacía más vulnerables aún.

          Quizá habría que discernir entre los que vinieron del norte, que he definido, y los que vinieron del sur (Mozárabes), con nivel cultural superior y que podría corresponder a las familias Morillo y Dífugas. La primera de Cristianos y la segunda de Judíos.

LAS MERINDADES DEL CONCEJO DE BENAVENTE.

          A principios del siglo XV. Se habían formalizado seis merindades en el Concejo de Benavente. A saber: Riba de Tera, Vidriales, Valverde, Polvorosa, Vega de Villamandos y Allende el Río. A partir de Villa tiene un ordenamiento especial.

          En todas ellas, y más que ninguna en la Villa-Capital, el Concejo ejerce como máxima autoridad otorgada en el Fuero de Benavente por Fernando II en el año 1167. Como ya dije anteriormente, el otorgamiento a la familia Pimentel del Señorío de Benavente con el título de Conde, esto alteró cualitativa y cuantitativamente el equilibrio de fuerza entre el Condado y el Concejo. Naturalmente a favor del más fuerte: el Condado.

          La primera vez que leí el nombre de Santa Cristina en este Siglo, (no me costa que haya ningún documento anterior al respecto), fue en la relación ordenada por merindades de las aldeas del Concejo de Benavente, según las cantidades satisfechas en el segundo y tercer pedido real del año 1433. Toda esta documentación corresponde al libro de Severiano Hernández: “El Concejo de Benavente en el Siglo XV”.

 

 

MERINDAD DE LA POLVOROSA: Pedidos Reales del año 1433 (I Y II)

CUADRO I                                                                      mrs= maravedíes=

Lugares                 2º  Rep.   mrs.    3º  Rep.   mrs   Total mrs.  % Concejo

Morales de Rey  1.188’32   “        1.480      “         2.668’32       2’58

Villaulastro          1.073’32   “        1.330      “         2.403’32       2’14

San Román              889’32   “        1.106      “         1.995’32       2’14

Milles                        593’64   “           767      “         1.350’64       1’45

Sancta Cristina       498’32   “           620      “         1.118’32       1’20

Fresno                       421’32   “           530      “            941’32        1’01

Monesteruelo         306’64   “           380       “           686’64        0’73

Columbrianos          296’64   “           372       “          668’64         0’71

Requexo                    276’00   “          340        “          616’00        0’66

Arcos                           268’32   “          330        “          598’32        0’64

Vesilla                         251’64   “           310       “          561’64         0’63

Xexinas                       191’64   “           240       “           431’64        0’46

Paladinos                    191’64   “          240        “           431’64       0’46

Vililla                               38’42   “            46        “              64’32       0’09

                                                 Total Polvorosa 14.566’68           15’60 %

 

         Advierte Seve que el  poblado con mayor número de habitantes era Manganeses de la Polvorosa, pero que no figura en este cuadro porque no se integró en el Concejo hasta poco después.

          Santa Cristina figura en 5º lugar. Si como presumo, los factores población/riqueza son los que indican en la imposición fiscal de cada aldea, nuestro pueblo está situado en zona templada.

          Es evidente, por cuanto a la imposición se refiere, que Velilla estaba fenecida ya.

CUADRO II

Relación ordenada de lugares o aldeas de la Merindad de la Polvorosa según las cantidades satisfechas en el pedido señorial. Año 1.433.

Lugar                                              cantidad mrs.              % Concejo.

Morales de Rey…………………3.300 ……………………. 4’30

Villauelasaro……………………2.571 …………………….. 3’48

Milles…………………………….1.230……………………… 1’63

Sact Román………………………900 ……………………… 1’19

Fresno…………………….………900 ..………………..……. 1’19

Requexo………………………..…707 .……………………… 0’94

Xexinas…………………………….586’50 .…………………… 0’78

Vesilla………………………………. 510 ……..………………. 0’67

Sancta Cristina………………………465 …….………………. 0’61

Monesteruelo………………..……..330 ………..……………. 0’43

Arcos…………………………….….. 315 ………..……………. 0’41

Paladinos……………………………. 300 …………….………. 0’39

                Total (Polvorosa)                  12.114’50                                   16’05

 

          Cuando contrastamos los valores de las aldeas o lugares en uno y otro cuadro, se puede comprobar fácilmente la disparidad resultante entre los criterios de los pedidos real y señorial. Teniendo en cuenta que los becerros de ambas peticiones se formalizaron el mismo año de 1433, ¿a qué obedece esta diferencia?

          No quiero creer que la imposición tributaria se realizara a base del criterio o capricho del merino de turno, lo cierto es que no se dispone de la documentación precisa para poder determinar las bases de imposición tributaria en aquella época. Siempre se ha considerado el binomio habitantes/riqueza como básicos en la casuística impositiva bajomedieval.

          Es harto significativo lo de Santa Cristina. En los pedidos reales estamos en 5º lugar, pero en el pedido señorial estamos en el 9º.

          Vamos a quedarnos en la duda, porque en un periodo de tiempo (reinado de Juan II) en que los tumultos, banderías e intrigas fueron constantes, es imposible determinar cualquier tropelía.

          Pero el problema más grave empezaba cuando en las aldeas o lugares, entre vecinos, tenían que hacer las derramas para hacer frente a estas imposiciones, ya que, los tributos se imponían por el sistema de encabezamiento; tanto el monarca como el señor, imponían a los concejos y luego a los habitantes, mediante derramas, procuraban los fondos para hacer frente.

          Esto, además del sacrificio económico, suponía un casi enfrentamiento entre vecinos, más doloroso aún.

          En estos cuadros que hemos visto hasta ahora, a mi juicio, quedan descritos, desde el punto de vista fiscal, la importancia de cada núcleo de población.

          Aunque el estudio que a continuación voy a exponer no se realizó en el siglo XV, sino el año 1528 (siglo XVI), y que a falta de otro anterior, sentí la necesidad metodológica de hacerlo en este capítulo, para mejor y más completo conocimiento del tema.

          En el año antes mencionado (1528), Francisco Gutiérrez Altamirano y Alonso de Almorox, confeccionan un censo de las tierras del Conde de Benavente. Este censo, según Seve Hernández, fue publicado por la profesora Ana Díaz Medina. Como es obvio, este estudio incluye a todas las aldeas de las seis merindades del Concejo de Benavente, entre ellas la Polvorosa, que es la que yo someto a este estudio.

CUADRO SOBRE EL CENSO DE LAS TIERRAS DEL CONDE DE BENAVENTE.-

Merindad de la Polvorosa.

Lugar.                                                                          Habitantes.

Morales de Rey…………..…………………………….……….…. 56

Manganeses…………….………………………………………….41

Villabrázaro………………………………………………………..41

Santa Cristina…………………..…………………………………..37

San Román……………………………………..………………….32

Arcos………………………………………..……………………..30

Milles………………………………………..……………………..27

Cejinas………………………………………..……………………21

Paladinos…………………………………………………………..17

Requejo…………………………………………………………….17

Fresno………………………………………..…………………….15

Vecilla…………………………………….………………………..13

 

          Esta era la situación demográfica de la Merindad de la Polvorosa en el 1528. Dejando aparte a la Villa-Capital (Benavente) que con sus 379 habitantes sobresale de todos los lugares, los demás núcleos poblacionales del Concejo están, aproximadamente, a la misma altura.

          Solo San Cristóbal y Villaquejida en la Merindad de Vega de Villamandos sobresalen por encima con 92 y 59 almas.

          Mientras la gente rural, inmensamente mayoritaria en aquella época, padecía toda clase de privaciones, el segundo de los Austrias vagaba de Cortes en Cortes pidiendo subsidios para financiar sus aventuras en Italia o países bajos. Todo por una corona de Emperador…

          Desde la perspectiva del tiempo, cuesta mucho entender cómo estos pequeños poblamientos, en su mayoría, pudieron llegar hasta hoy. Aunque, -no puedo ahorrarlo-, como siga la despoblación al mismo ritmo que lo está ahora, la declaración del YERMO a muchos pueblos está al caer.

          A la vista de los distintos cuadros, la no integración de varias aldeas o lugares en el Concejo de Benavente, debido a la concesión Real o Señorial de prebendas a personajes o instituciones que se traducían en Señoríos impropios.

          En esta merindad de la Polvorosa, por poner un ejemplo, se hechan de menos a lugares como Manganeses, Redelga, Verdemosa, Pobladura, Maire y sobre todo Santa Colomba de la Polvorosa, cambio el apellido por el de las “Monjas” cuando se estableció en dicho lugar el convento cisterciense. A estas monjas las concedieron el señorío del mismo pueblo y el Yantar de la barca con Barcial del Barco.

          El Obispado de Astorga, con sus instituciones subsidiarias, fueron beneficiados con rentas en muchos pueblos, que en buena lógica, deberían haber pertenecido al Concejo de Benavente.

          Conventos como Santa María de Moreruela, San Martín de Castañeda, Santa María de Nogales… etc, etc., tenían sus beneficios en forma de rentas en muchos de los pueblos que conformaban lo que hoy es la Comarca de Benavente. No puedo olvidarme de las Iglesias, Conventos, Curatos, Cofradías Religiosas y Capellanías; Todos y Todas participaban del pastel de la Reconquista. ¿Recuerdan las palabras de Rey Alfonso I cuando se asomó a la meseta desde el puerto de Pajares?: “Todo lo que se conquiste a partir de ahora es mío”; las regalías vendrán después. ¡Y las regalías llegaron!

          La aparición de la Iglesia con todos sus estamentos, como beneficiaria del poder, marca el culmen del matrimonio de conveniencia que se venía fraguando desde los primeros tiempos de la Reconquista. En el tiempo de los Reyes Católicos cuando la Iglesia respira grandeza. Las regalías llegan, como acabo de explicitar, a todas las ramas del poder religioso, empezando por el Papa, al que se le otorgan prerrogativas materiales que jamás había tenido. Siguen Cardenales, Arzobispos y Obispos, cuya extracción familiar era noble.

          No se puede pasar por alto la nobleza. Actuaban como auténticos Reyes en sus tierras (señoríos). Freían con rentas, censos, foros y todo tipo de impuestos a los pecheros y artesanos que se reventaban a trabajar para no poder asegurarse ni la propia supervivencia y la de su familia.

          Hasta los Hidalgos, nobleza rural y última del escalafón, también tenían sus prerrogativas. Por ejemplo la exención de tributos reales y concejiles, no así los señoriales; estos tenían que pagarlos.

          El reparto de las regalías que vengo desgranando, se impusieron en todos los reynos de España, de tal modo, que siendo la riqueza nacional casi exclusivamente la tierra, ésta se la habían entregado a “Manos Muertas”. Esto fue un despropósito  de tal calibre, que el futuro quedó hipotecado sin solución.

          Tuvo que llegar Mendizabal (siglo XIX) para deshacer el entuerto con la desamortización de todos los bienes de la Iglesia.

          Para hacernos una idea de cuál era la situación, en el siglo XVIII las Archidiócesis de Toledo y Sevilla recaudaban más fondos vía impuestos y rentas que la Monarquía.