Capítulo IX

Santa Cristina

Relatos Capitulo  IX

 El estudio de este capítulo corresponde al libro de actas de nacimientos y bautismos de la Parroquia de este pueblo.

Registro que se inició el año 1571 y que yo hago coincidir la finalización en la fecha de 1871; tres Siglos después.          

No es casual la finalización de este estudio el año 1871; el cumplimiento de  tres siglos de vigencia en solitario de este registro y la instauración, por estas mismas fechas, del registro Civil en todos los Ayuntamientos de España, me aconsejaron circunscribir a ese tiempo el periodo de trabajo.

                

No pretendo, ni mucho menos, que este estudio se vea como un trabajo científico al uso. Excepto el cuadro 1º y 2º que los realizó mi hija Anamary, que es socióloga, con datos que yo mismo le facilité; el resto lo he realizado yo, basándome para el cuadro 3 º en: el estudio realizado por Gutiérrez Altamirano y Alonso de Almorox en el año 1528. Estudio demográfico en los dominios del Conde de Benavente, que nos atribuye 37 habitantes. Yo inicio el gráfico con 41 por la diferencia entre el año 1528 y 1571.            

El marqués de la Ensenada, que en 1652 nos atribuye en su famoso Catastro, de manera indirecta, una población de 230 habitantes, publicado Cap. anterior.

D. Pascual Madoz, como Ministro de Hacienda, realizó un censo poblacional en el año 1850, por el cual nos atribuyó a Santa Cristina el importante número de 528 habitantes y 140 casas habitadas. Son las únicas referencias que tenemos sobre la evolución demográfica de este Pueblo hasta 1875, en que los censos municipales hicieron posible, estadísticamente, poner al día a cada uno de los pueblos y ciudades de toda España.

Gráfico de nacimientos

Gráfica de población

Estudio demográfico

Si nos fijamos detenidamente en los gráficos de los cuadros citados, la coincidencia de los dos puntos de basamento, en cuanto a habitantes se refiere, de Ensenada y Madoz, coinciden plenamente con mi estudio “manual,” así como con el aumento de nacimientos asentados en el registro parroquial. La diferencia aparente estriba exclusivamente en el tiempo de toma de datos; mientras que la diferencia entre el informe de Altamirano y Ensenada es de124 años, y entre este y Madoz es de 198; yo, en mi estudio sobre el registro tomo de 50 en 50 años.

Esta correlación demográfica coincidente entre nacimientos y habitantes, me lleva a considerarla como recíproca, y, consecuentemente, a considerar los nacimientos como fuente de estudio para el cálculo de habitantes en cada uno de los periodos incluidos en mi trabajo. Lo manifesté antes, y ahora lo reitero, que el resultado no puede ser químicamente puro, se trata de averiguar una aproximación que nos facilite el retrato del Pueblo en una determinada época: entre los años 1571 y 1871.

No puedo pasar por alto las circunstancias que durante estos trescientos años de estudio modificaron, o pudieron modificar, la normal evolución demográfica de este pueblo y de todos los de Castilla. En primer lugar, las guerras, ya fueran coloniales o civiles. Las hambrunas, que desgraciadamente también las hubo y con demasiada frecuencia. Algunas pestes de baja intensidad; la emigración a las Indias, aunque de este Pueblo en el Siglo XVI no consta emigrante alguno, como más tarde veremos. La escapada de muchos Sefardies acosados por la Inquisición y la expulsión posterior de los Moriscos, aunque a Castilla le afectó de manera muy pobre. A pesar de todos los pesares- valga la redundancia- la evolución demográfica fue altamente positiva, como demuestra claramente el estudio que yo mismo he realizado y que ofrezco a su consideración.

Antes de entrar en el comentario sobre el Registro, quiero que lean el informe de D. Pascual Madoz, realizado en el año de 1850 relativo a este Pueblo: Santa Cristina de la Polvorosa. – Con Ayuntamiento propio en la Provincia de Zamora, partido Judicial de Benavente, diócesis de Astorga, Audiencia Territorial de Valladolid, situada en un llano entre el monte de la Cervilla y el Rio Órbigo, el clima es templado; sus enfermedades más comunes son tercianas. Tiene 140 casas distribuidas en siete Calles y una Plaza; escuela de primeras letras que asisten SETENTA Y CINCO NIÑOS DE AMBOS SEXOS DOTADA CON 1500 Reales.

Tiene una Parroquia servida por un Cura de segundo ascenso y presentación de los vecinos del Pueblo. También tiene una fuente de buena agua para el consumo.

Confina al N. con Manganeses de la Polvorosa; al E. con el Rio Órbigo; S. dehesa de las Cadenas y O. con Mózar de Valverde. En sus términos se hallan los despoblados de Cervilla y Requejo, y una casa denominada palacio, propiedad de los Condes de Benavente.

El terreno es de buena y mediana calidad; lo fertilizan las aguas del Órbigo al que cruza un puente de madera. Los montes de la Cervilla y Requejo proporcionan la suficiente leña y maderas de construcción para el consumo.

Los caminos son locales excepto el que se dirige a Galicia; recibe la correspondencia en Benavente.

Recolecta trigo, cebada y lino; cría ganado lanar y cabrío; caza liebres, perdices y otras aves. Pesca barbos y truchas.

La población asciende a 135 vecinos y 528 almas (habitantes).

El presupuesto del Ayuntamiento asciende a 1614 Rs., cubiertos con el producto de la taberna y el déficit por reparto entre los vecinos (Repartimiento).

Hasta aquí los rasgos más importantes del Censo Poblacional de D. Pascual Madoz realizado en 1850. Tiene algunos errores que bien pudieron ser de información o de transcripción; errores que voy a intentar corregir.

El primer error que detecto es situar por el E. al rio Órbigo como linde del Pueblo.

En aquel momento los términos de Benavente y Santa Cristina estaban delimitados ya, y Santa Cristina sobrepasaba con mucho al rio, y como consecuencia lindaba por el E. con Benavente. Tampoco por el Sur lindaba con la dehesa de las Cadenas;  lindaba con el término de velilla y la dehesa de las “CARRETAS”. Por cierto, esta dehesa estaba situada en la casa que más tarde compró la familia “Albo” (famosos conserveros de Lugo, que dieron nombre a la mejor marca de conservas españolas).

Por los años 60 del Siglo pasado, esta casa y la finca que la circundaba fue vendida a la familia D. José A. Otero, cuya propiedad sigue siendo de sus herederos.

Esta dehesa tenía un camino, que en principio fue propio de ella, que llamaban “Camino de las Carretas”. Este camino partía de antedicha dehesa y confluía con la cañada o cordel sanabrés a la entrada de lo que hoy es el Puente. Eso sí, el trayecto entre la dehesa y la cañada del “chapazál”, que era el tramo que iba desde el hoy Consultorio Médico hasta la entrada de la cañada de “las Angustias”,(barrero hoy), coincidía con el Camino de Milles. Por este motivo perdió este camino el nombre de Carretas y tomó el de Milles. Hay que tener en cuenta, estamos hablando del Siglo XV., que el camino de “las Carretas” no tocaba al Pueblo, pasaba tangencialmente a él.

Cuando ese camino, por efectos de construcción de viviendas se convirtió en calle, los vecinos, con muy buen criterio, a ésta le pusieron su nombre original: C/ Carretas.

El mayor error que yo observo es situar en este término el despoblado de Cervilla.

Al principio dudaba que los errores fueran de información, en este caso no me cabe la menor duda. En la cervilla jamás existió un poblado al uso, consecuentemente si no hubo poblado, imposible que hubiera despoblado. Lo que existió en la Cervilla, igual que en el Monte de Requejo, fue un habitáculo que cobijó a los guardas del monte, y que era propiedad, como todo, de los Condes de Benavente.

Este habitáculo de la Cervilla estuvo ubicado en la finca que más tarde fue de D. Toribio García (hoy de sus herederos.

En cuanto al despoblado de Requejo, nada que objetar; en ese año (1850) el término que había sido de Requejo, ya estaba distribuido entre Manganeses y Santa Cristina.

La Casa denominada “Palacio” era la misma que existe en la actualidad, ahora con muchas reformas. Tanto la finca del Bosque como el monte de la Cervilla, fueron siempre los lugares predilectos para cazar los Pimenteles y sus allegados.

En cuanto a que los montes proporcionan la suficiente leña para el vecindario, a  priori, se puede estar de acuerdo, pero la triste realidad era que quien podía pagarla la tenía, quien no, pasaba sin ella o la robaba lícitamente.

El presupuesto del Ayuntamiento era bastante mayor de los 1614 Rs., y los ingresos  superaban cómodamente esa cifra, porque además de la renta de la taberna se ingresaba por arrendamiento de propios, subasta de la pesca del rio y renta del mesón.

A pesar de que tiene errores de bulto, en lo esencial de su obra Diccionario Geográfico, Histórico y Estadístico de España cumplió perfectamente con su objetivo.          

Cuando examiné por primera vez el susodicho registro de bautismos, me di cuenta que tenía entre mis manos un documento importante. En principio, por la antigüedad -se trataba de un documento inicial de 1571-. Segundo, aunque tuviera al principio bastantes errores y lagunas, estaba seguro que el rigor se impondría y los datos serían altamente fiables. Y, por último, no había otro; consecuentemente a falta de pan, buenas son tortas.

Los que simplemente somos aficionados a la historia, y nos hemos leído muchos kilos de libros referidos a la misma, (hoy en plan económico los libros se compran a peso), a mi particularmente me sorprendió ver en los recuadros los nombres de niños y niñas, padres y madres con sus correspondientes apellidos, abuelos paternos y maternos con toda su filiación completa. En distintos tramos del mismo nos apuntan la procedencia hasta de los abuelos, esto es una bondad en sí misma. Digo esto porque de siempre se ha considerado a la sociedad de los pueblos hasta el Siglo XIX altamente endogámica. Esto significaba que los mozos de los pueblos se casaban con las mozas de los mismos, salvo rarísimas excepciones. No fue así, al menos en este pueblo. Aquí se casaron mujeres y hombres de la práctica totalidad de la comarca, y muchos provenientes de allende la misma. Me llama poderosamente la atención la llegada de muchos hombres y mujeres del Páramo y de la comarca de la Valdería (León), con el objeto expreso del matrimonio. Quizá el antiguo camino del Rio  permanecía en la memoria de aquellas gentes; quizá el hecho de pertenecer de siempre aquellas comarcas y parte de la nuestra al mismo Obispado pudo significar una mayor comunicación y, consecuentemente, al mestizaje inter- pueblos-, que dio vitalidad a todos. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de una época (Siglos XVII y XVIII) en los cuales las comunicaciones eran prácticamente inexistentes, y los desplazamientos humanos se consideraban auténticas aventuras.   

Pero lo que más me sorprendió gratamente fue ver a las mujeres reflejadas en el libro como hijas, como madres y como abuelas. Todas con sus respectivos apellidos de padre y madre, incluso, ya lo he dicho antes, con su respectiva procedencia.

Es posible que haya personas que esto que estoy diciendo les parezca una perogrullada. Nada más lejos de la realidad; cuando lees la historia de España, especialmente la Reconquista, te van quedando gravados en la memoria una serie de nombres, especialmente caballeros, que te predisponen a jurar que ellos fueron los únicos que forjaron la historia de este País, que hemos llamado y queremos seguir llamando España. Los Pelayo, Favila, Alfonso, Ramiros, Sanchos, Ordoño, Fruelas, Bermudos, Fernán González, García, Fernando, Pedro, Enrique, Carlos, Felipe. Etc. Etc.

También Algunas féminas importantes han quedado en nuestra retina: Dª. Leonor, Urraca, Elvira, Catalina, Munía, Berenguela, Juana, Blanca, Isabel, Etc. Etc.

Estos Reyes, Reinas, Príncipes, Princesas, que mataron y se mataron por la consecución de riquezas y poder, modelaron nuestro concepto de la Historia. A nadie se le escapa que nombres como Pelayo o Isabel, por ejemplo, lo asociamos inconscientemente a unas determinadas épocas. Lo hemos asumido así, y yo no seré quien intente desmontarlo; lo que sí quiero apuntar, para cuando leas estos documentos, que te encontrarás con nombres y apellidos de gente que pisó diariamente, como lo estoy haciendo yo ahora, las mismas calles, el mismo suelo, usando iguales o parecidas costumbres- que de ellos hemos heredado-, pero eso sí, con la diferencia abismal de que los nacidos últimamente somos unos privilegiados. Tenemos ahora lo que ellos ni siquiera pudieron soñar; por eso, aunque solo fuera por eso, merecen un mínimo reconocimiento.

Esteban, García, Ulloa, Hernández, De Ortega, Rubio (Autóctono), Calleja, Pérez, Núñez, Cesmada, Gacana, Falagán, Calva, Verdejo, De Villar, Fernández, De Luna, Herrero, Peláez, De las Heras, Carrera, Avellana, De Cospedal Lobo, Coca, Alonso, Cenador, Morillo, Ferrero, Ordás y De Ordás. Estos treinta apellidos, aproximadamente, que aparecen como primeros inscritos en el precitado libro, en ellos quiero hacer el reconocimiento histórico que merecen: “Vosotros, con vuestro enorme trabajo, con los degradantes sacrificios y privaciones a los que tuvisteis que hacer frente; Sí, Vosotros fuisteis los HACEDORES de la HISTORIA”. Ellos – los de alta alcurnia- la impusieron.

Una de las primeras singularidades que me llama poderosamente la atención es la anteposición de la palabra “Don” al nombre propio de los padres de algunos de los niños o niñas bautizados. ¿Qué significaba esto?, Significaba que esas personas pertenecían a una clase social elevada, y esa era la forma de distinguirlas.

Se equivocaron, lo hicieron mal, no se puede ni se debe discriminar a unos niños o niñas en su bautismo, nada menos, porque unos padres tengan Don o Din, y los otros no tengan ninguna de las dos cosas. Dentro de aquel contexto (Siglos XVII y XVIII)  parece hasta cierto punto normal que esto ocurriera. Por desgracia ocurrió.

Los que más “Dones” tenían en las actas eran los hidalgos, (nobles de última categoría), pero muy respetados por las clases menos favorecidas, y al mismo tiempo, ensalzados por la Iglesia, al tener como una de sus cualidades reconocidas ser cristianos viejos y, consecuentemente, de sangre limpia.

Pero no eran solo los nobles los distinguidos, los funcionarios del Conde o caballeros también lo eran, así como los guardas mayores tanto de Requejo como de la Cervilla.

También cuando venían al Pueblo personalidades, la mayor parte de las veces para apadrinar, empleaba el cura la distinción predicha.

Sin embargo, estas distinciones me han servido a mí para indagar el desarrollo de determinadas familias y comprobar la situación en que han llegado a nuestros días.

Puedo decir que, con mucha paciencia, se pueden conseguir algún árbol genealógico iniciado desde tiempo inmemorial.

Un ejemplo fue el de los Guardabosques del Conde. 

Los Guardas del Bosque y Cervilla.

La primera noticia que tenemos, fechada en el libro de actas bautismales, corresponde al año 1591. El 25 de febrero de este mismo año fue apadrinado un niño por el Guarda Mayor del Bosque. Este niño era hijo de Alonso Rubio y Ana Calleja. No puedo dar más datos porque faltan en la inscripción. Ya advertí que al principio había lagunas.

El 8 de junio de 1643 nace un niño al que ponen de nombre Pedro que es hijo del teniente de guarda Don Pedro Alvarez de las Cuevas y Doña Jerónima, (no pone el apellido de ella). El padrino fue el Cura.

En el año 1683 nace una niña a la que ponen el nombre de Ana. Es hija del Guarda menor de la Cervilla o Zervilla, Juan Garcia y de Ana Cana. Estos sin Don.

  1. – Nace en la Cervilla la niña Manuela. Es hija de D. Joseph Avendaño y Dª María Alconcer. El padre era teniente de Guarda.

          1709.- Nace en la casa de la Cervilla Phelipe, hijo de Phelipe Tauces y Floriana García. Es apadrinado en la Iglesia de este Pueblo por el XIII Conde de Benavente D. Antonio Francisco Pimentel. Esto da idea de la importancia que los Condes daban a sus vasallos Guardas, aunque fueran guardas rasos, como este.

         1712.- Nace en la casa de la Cervilla la niña a la que le ponen el nombre de María Rosa, es hija del guarda del monte Antonio Blanco y de Rosa Rodriguez con residencia en la casa de la Cervilla.

         1716.- Nace Lázaro, hijo de Lázaro Gómez y de Isabel Fernández; guarda del Señor Conde, con residencia en el Bosque.

         1718.- Nace Bernardo, hijo de Pedro Varela y de Maria Antonia Montero, guarda del Señor Conde, y con residencia en el Bosque.

         1719.- Nace Francisca, es hija de D. Francisco Varela (teniente de guarda) y de Dª María Antonia Montero. El año anterior residían en el Bosque, y un año después  residen en la casa de la Cervilla.

        1722.- Nace Fernando Eustaquio, que era hijo de D. Francisco Barela (la b y la v se emplean indistintamente) y Doña Maria Antonia Montero. Guarda de la Cervilla.

        1725.- Nace Joachin Antonio Joseph, era hijo de Don Francisco Barela y Doña María Antonia Montero. Teniente de Guarda en el monte de la Cervilla, propiedad del Señor Duque de Benavente.

        1728.- Nace el niño Martin Antonio, hijo de Don Francisco Barela y de Doña María Antonia Montero. Teniente de Guarda en el monte de la Cervilla, propiedad del conde duque de Benavente.

         1733.- Nace Francisco, hijo de Juan Pozuelo y de Francisca (falta el apellido de la Madre). Guardas del monte sin don.

         1737.- Nace Francisco, hijo de Bernardo Millán y Pascuala Núñez, guarda de la Cervilla. Sin Don.

         1738.- Nace Bentura, hijo de Don Antonio Vara y de Doña Maria Felipe. Guarda Mayor de la Cervilla.

          1739.- Nace Miguel Antonio dos Francisco, hijo de Don Antonio Vara y Doña María Felipe. Guarda Mayor de la Cervilla.

          1741.- La que nace ahora es Maria Brígida, hija de Don Antonio Vara y de Doña María Felipe. Guarda Mayor de la Cervilla.

          1761.- Nace una niña Maria Martha, es hija del Guarda Mayor de la Cervilla Don Alonso Obergón Zeballos y Doña Rosa Mantilla Quevedo.

Apadrina a esta niña el Conde de Benavente Don Francisco Alonso Pimentel acompañado de dos testigos vecinos de Manganeses. En cuanto al Conde, repito lo que ya vengo diciendo: los guardas eran un cuerpo de élite dentro del organigrama de la administración señorial.

Respecto a la singularidad de la participación como testigos de dos vecinos de Manganeses, quiero pensar que lo hicieron como distinción o agradecimiento al padre de la niña como guarda mayor que era. No obstante, quiero aclarar que la familia Zeballos estuvo arraigada en Manganeses durante varios Siglos. Familia noble (de Hidalgos) con ingentes propiedades dentro del ámbito municipal del Pueblo.

          1.763.- Nace Alfonsa, hija del Guarda Mayor del monte de la Cervilla Don Alonso Obergón Zeballos y de Doña Rosa Mantilla Quevedo.

Hasta aquí los nombres de algunos guardas de los Señores Condes de Benavente que sirvieron a la dinastía Pimentel entre los años de 1.591 y 1.763, y que consta su existencia debido a la residencia en la casa del Bosque o de Cervilla, y sobre todo a que estaban casados y tuvieron hijos, de cuyos asientos en el libro he dado cuenta hasta ahora.

No me cabe la menor duda que fueron muchos más los guardas que en este periodo de tiempo sirvieron a los intereses Condales, pero puede que algunos no estuvieran casados o su residencia la tuvieran fijada en algunos de los pueblos limítrofes al monte, lo cierto es que al estar fuera de la parroquia de Santa Cristina sus datos  no constan en el libro de actas.

Desde la fecha del último nacimiento en la Cervilla 1.763, no hay constancia de más nacimientos ni residencias en esta casa. ¿Qué pudo ocurrir?, Tampoco existen datos sobre guardas por ninguna parte. ¿Despidieron a los guardas y dejaron los montes libres? ¡Imposible! Lo siento, pero no he podido averiguarlo. Quizás la casa de Cervilla se vino abajo y ya nunca más pudo ser habitada.  

Precisamente en el año 1763 es entronizada Doña María Josefa Alonso Pimentel en la dinastía de los Condes a la muerte de su padre Don Francisco Alonso Pimentel.

¿Alguien puede creer que la XV condesa de Benavente, dado su pragmatismo administrativo, dejaría a su suerte los montes? ¡Nadie!

Los Guardas de Requejo. (Esto es una dedicatoria a mi amigo Alberto del Hoyo).

Teniendo en cuenta que los montes de la Comarca eran todos de los mismos dueños el hecho de que los guardas ocuparan una u otra residencia era una cuestión puramente circunstancial. Solo tengo dos referencias de residentes en algún monte entre los años 1.763 y 1.825: la primera, no sé si como guarda o como bodeguero, de Celestino Pernía Facundo y Gregoria Mayo Pérez, que residieron en Socastro en los años 1.805 y 1.806 Este matrimonio bautizó un niño y una niña en la Iglesia de este Pueblo. Al niño le llamaron Josef y a la niña Isabel Maria. En años posteriores tuvo más vástagos, pero como residentes en el Bosque.

Pienso que fueron bodegueros, por la sencilla razón de que en Socastro tuvieron los Condes su principal bodega del Condado.   

Y ahora -si se me permite-, quiero decir de este matrimonio “que fueron los últimos Mohicanos del Despoblado de Socastro”. Nunca más volvió a residir nadie allí.

La segunda se refiere al matrimonio Andrés Zarza de Coca y María López Redondo, que en año 1.810 residieron en la casa de Requejo. Allí tuvieron un niño al que llamaron Felipe. Fueron, desde el punto de vista documental, los primeros guardas residentes en esta casa hasta 1.825.            

Precisamente en este mismo año de 1.825, unos recién llegados desde Mayorga de Campos, Don Toribio Baldeón y Doña Maria Losada (matrimonio) bautizan un niño al que le ponen el nombre de Santiago. Eran residentes en la casa del Bosque.

Este Señor llegó con el grado de Guarda Mayor. Es de suponer que en su tierra ya hubiera desarrollado algún servicio a la Condesa; aquí, desde el primer día, llegó con los galones colgados de Don. Con este personaje se inicia una dinastía de guardas: “Los Baldeones”. (La utilización de la b o la v en este apellido por parte de los curas fue indistintamente tratada).  Esta dinastía o saga duró hasta que el imperio de los Osunas desaparece con el nefasto “Duque Mariano.” Paralela a esta dinastía de guardas, la  Condesa- Duquesa no sé si causal o casualmente, nombra a un Jalón como Administrador General del Condado en Benavente. La familia de los Jalones en el Condado, al igual que los Baldeones en Santa Cristina, apurarán sus cargos hasta el ocaso total de la familia Pimentel- Osuna.

En 1.835 nacen dos niñas gemelas en la casa de Requejo, las ponen de nombre Joaquina y Felisa. Son hijas de Valentín Valdeón y de Rosa Carrera. Él, de Mayorga.

En 1.838 nace en la Casa de Requejo un niño al que le ponen de nombre Joaquín; Como las gemelas, sus padres son Valentín Valdeón y Rosa Carrera. Él de Mayorga.

       1.839.- Valentín Valdeón y Rosa Carrera bautizan un nuevo hijo al que le ponen de nombre Joaquín. Él de Mayorga, ella de Santa Cristina.

En 1.841 nace en la misma casa un niño al que ponen de nombre Tomás Ezequiel; Los padres son los consabidos Valentín Valdeón y Rosa Carrera. Mayorga y S.C.

En 1.842 nace un nuevo niño al que le ponen de nombre Santiago; En cuanto a residencia es clara Requejo; se refiere a ellos como montaraces del Conde Duque y el trato es de Don. Dudo del nombre de los padres porque no está claro, pero si lo está que  corresponde a la familia Valdeón.

         1.844.- Nace en Requejo otro niño al que ponen de nombre Fernando, y que corresponde, como hijo, a Valentín Valdeón y Rosa Carrera.

         1.848.- Nace una nueva niña que ponen de nombre Joaquina. Tiene como padre a Valentín Baldeón, pero la madre corresponde a Felipa Peral. (Es de suponer que Rosa Carrera habría muerto, y Valentín contrajo nuevas nupcias con Felipa Peral.)

         1.850.- Nuevo niño a la familia Baldeón. Se llamará Pedro Fernando y tiene como  Padres a Valentín Baldeón y Felipa Peral.

          1.851.-Un nuevo vástago se incorpora a la familia, este se llamará Felipe, y sus padres son Valentín Baldeón y Felipa Peral. ¡! Estas eran familias numerosas. ¡No las de ahora!

           1.868.-Nace Bardomera Arsenia; es hija de Miguel Barrios y Joaquina Valdeón. Como se puede fácilmente comprobar, esta niña pertenece a la 3ª generación de Valdeones.

            1.870.- Nace el niño Eugenio Lesmes; como la niña anterior es hijo de Miguel Barrios y  Joaquina Valdeón.

.            1.872.-Nace la niña Baldomera; como los inmediatos anteriores es hija de Miguel Barrios y Joaquina Valdeón.

              1.874.- Ahora le toca el turno a Ezequiel; los mismos padres Miguel Barrios y Joaquina Valdeón.

              1.876.- Nace el 5º vástago de este matrimonio al que ponen por nombre Maximino, como los demás es hijo de Miguel Barrios y Joaquina Valdeón. 

               1.879.- El 6º es Valentín; los padres los mismos: Miguel Barrios y Joaquina Valdeón.

               1.880.- Es Antonio Manuel el que nace; este es hijo de Pedro Valdeón y de Mauricia Manrique.

               1.882.- Es Dionisio el que nace; hijo de Miguel Barrios y de Joaquina Valdeón.

               1.892.- Mª del Pilar Rafaela, nace del matrimonio formado por Dionisio Valdeón y Hermenegilda del Olmo.

               1.895.- Tomás Valentín; hijo del matrimonio formado por Pedro Valdeón y María Jacinta San Juan.

                1.897.- Quintiliano; este es hijo de Fabriciano Tocino y Rosario Valdeón.

Aquí se acaba la saga de los Valdeones datados en asientos del libro de registros de la parroquia de Santa Cristina.

No digo todos, pero muchos de ellos fueron guardas del monte de los Condes, lo que ocurre es que la inscripción de las actas en el libro cambió alrededor de 1.840, simplificándolas, de tal forma, que a partir de esas fechas me ha sido imposible precisar las profesiones de los padres en los niños bautizados.

Por último, una vez cerrado el ciclo de los Valdeones, quiero significar que yo mismo  conocí al que fuera último guarda de Requejo, ya en tiempo de los Sílbelas: D. Luis Rodriguez Calzadilla.

 COMENTARIO SOBRE EL REGISTRO DE ACTAS BAUTISMALES.

No puedo imaginar cual fue el verdadero motivo que impulsó al Cardenal Cisneros para tomar la iniciativa de los registros parroquiales, lo que sí puedo afirmar, desde la perspectiva del tiempo, es que la calificación ha sido de DIEZ. Me resulta inimaginable comprender cómo una sociedad, aunque fuera enteramente feudal, como era la nuestra en aquel momento, podía funcionar sin ningún tipo de control sobre la identidad de sus ciudadanos (por aquellas calendas súbditos). Es cierto que, hasta la toma de Granada, los reyes se preocuparon por otros asuntos que nada tenían que ver con la organización de la sociedad, pero no es menos cierto que ya entonces hacía mucho tiempo que la sociedad necesitaba mucha organización, independientemente, o, mejor dicho, a espaldas del remate de la Reconquista.

Sabido es que en 1.571 el registro en este Pueblo se puso en marcha,- como en la mayor parte de  todos sus reinos- y quienes se aprovecharon de sus frutos, en primer lugar, fueron los miembros de las distintas administraciones del mismo: Hacienda pública y señorial, justicia, encargados de organizar las levas para nutrir a los distintos Ejércitos, etc. etc.

Si bien, tenemos que convenir, que la Iglesia ha ejercido y sigue ejerciendo control sobre los bautizados, cosa lógica, pero no fue la más beneficiada con la obra del Cardenal. En la parte impositiva o tributaria, referida a los Siglos XVI, XVII y XVIII, la Iglesia no necesitaba ningún tipo de control para cobrar sus impuestos; todos los habitantes de España eran católicos, apostólicos y romanos, por Ley; en consecuencia, todos los que tuvieran algún beneficio eran sujetos tributarios de la Iglesia. Nadie, por razones de creencia, estaba exento del tributo correspondiente a la Santa Madre. 

 

El libro en cuestión, al que yo tuve acceso, no es más que una transcripción realizada por distintos párrocos, de las actas que se encuentran depositadas en el archivo de la Diócesis (Astorga), y que obedece al interés por conservar, lo más adecuadamente posible, los originales de todos aquellos documentos que puedan ser valiosos en la investigación histórica. He puesto una interrogación junto a los párrocos, porque el único que aparece como tal, y con su firma, es D. Benjamín Casado. Dice así: “terminado a las 13,40 del día 13 de enero de 1982.” Firmado: Benjamín Casado.

Para avalar mi teoría sobre la buena fe de Cisneros, voy a poner algunos ejemplos de emigrantes, en lo que hoy es la Provincia de Zamora, que se fueron allende el Océano, con la idea de realizar el sueño de las Américas. Dª Rosario Parra Cala nos facilitó, a través de una ponencia al I CONGRESO DE HISTORIA DE ZAMORA, publicada por el I.E.Z. Florián de Ocampo en el año 1990, una relación de solicitudes, previa información en la Casa de Contratación de Sevilla, en la que se aprecia cómo los posibles viajeros, en muchas ocasiones, sus apellidos no coinciden con ninguno de los padres. En otros casos llevan primero el de la madre o el segundo del padre. Como la filiación era libre y optativa, también tenemos casos en los cuales el único apellido que consta en la información es uno de procedencia. Si tenemos en cuenta que en el acto jurídico-administrativo de probanza al que eran sometidos los solicitantes, incluía una declaración y pruebas de pureza de sangre, fácilmente, como así ocurrió en la época, se podría deducir que la intención del Cardenal era el control de los judíos conversos; que todos seguían siendo judíos, pero como se demostró, no todos verdaderamente eran conversos. Hay una prueba evidente de esta intencionalidad cuando poco después de iniciarse las migraciones a las Indias, la Iglesia formalizó allí la Inquisición. Se le habían colado algunos.

Sea como fuere, lo importante consistió en dar cierta garantía y seguridad a las personas, mientras las administraciones podían ejercer con mayor equidad el reparto de cargas que ellas mismas establecían. No así los beneficios, pues estos ya estaban adjudicados.

Un ejemplo claro lo tenemos en los asientos que a continuación voy a narrar. En el Siglo XVI, las solicitudes iban, prácticamente, desprovistas de documento alguna, a partir del año 1560 empezaron a ir acompañadas de un certificado (fe de nacimiento y bautismo), expedidos por el cura párroco.

Estos son los asientos de la Sección de Contratación del Archivo General de Indias (Sevilla):

          1.509.- Pedro de Guzmán, hijo de Juan Ortiz, vecino de Zamora, criado del Conde de Liste. (No aparece el nombre de la madre, el apellido no es el del padre)

          1.510.- Diego Costillas, vecino de Zamora, hijo de Juan de Ormaza y Beatriz de Mella.

          Escudero. (Los apellidos no coinciden con los de los padres).

          1.511.- Francisco de Zamora, hijo de Nicolás Hernández y de Catalina Gonzalez. Vecinos de Zamora y su hermano Cristóbal de Zamora. (Apellidos de procedencia).

          1.511.- Cristóbal de Monroy, hijo de Alonso Triguero, vecino de Toro y su mujer Catalina de Monroy. A la isla “La Española. (No lleva el apellido del padre y tampoco figura el de la madre).

          1.512.- Juan de Toro, hijo de Nicolás Rodriguez y de Inés Rodriguez, vecinos de Toro. A la española.

          1.512.- Mendo Suarez y Álvaro Suarez, su hermano, hijos de Pedro de Canaval y de Urraca Suarez, vecinos de Benavente. (Estos tomaron el apellido de la madre).

          1.512.- Diego de Toro, hijo de Pedro Machuco y de Leonor Gómez, vecinos de Toro. (Otro que se auto pone apellido de procedencia).

Antonio Dávila, clérigo, hijo de Pedro Dávila y de Inés Costillas, y Miguel de Malillos. Clérigo, hijo de Alonso de la Rivera y de Leonor Hernandez, vecinos de Zamora. (Uno lleva el apellido de su padre y el otro ni de padre ni de madre).

          1.512.- Francisco de Texeda, hijo de Bernardo de Ribera y de Francisca de Texeda, vecinos de Zamora. (Aquí prima el de la madre)

         1.512.- Juan Rodríguez, hijo de Ruy Gonzalez y de Catalina González, vecinos de Zamora. (Al mozo no le gustó el Gonzalez y se puso Rodriguez)

         1.512.- Flipo de Zamora, hijo de Alonso Martin y Maria guillén. (Otro que optó por procedencia)

         1.512.- Pedro de Zamora, hijo de Juan Domínguez y de Marina Alonso, vecinos de Corrales, término de Zamora (a éste le gustó más Zamora que Corrales)

         1.513.- Cristóbal Fernández de San Martín, hijo de Pedro Hernandez de San Martín y de Catalina Hernández, vecinos de Zamora. (Cristóbal optó por el segundo de su padre).

         1.516.- Alonso de Salamanca, hijo de Juan de Ledesma y de Isabel Hernández de Ledesma, vecinos de Zamora. (A éste le gustó más Salamanca que Zamora, qué le vamos a hacer).

Gómez de Toro, hijo de Alonso Garcia y de Leonor Hernandez, vecinos de Toro. (Insisten en el apellido de procedencia).

De los 394 expedientes de petición de paso hacia Las Indias, estudiados por la ponente Doña Rosario Parra Cala, aproximadamente, el 40% tienen modificación de apellidos respecto a sus padres. Lo que he presentado, no es más que una pequeña muestra de la situación general que obra en la documentación de la Casa de Contratación de Sevilla en el Siglo XVI. Esta modificación que ocurría entonces con los apellidos, hoy es impensable, habida cuenta de los medios de identificación actuales. Pero, desde una perspectiva del tiempo, y teniendo en cuenta que el cambio era completamente legal, avala mi teoría de que la intención primera y principal del Cardenal Cisneros fue un control general de la población, sin descartar, como es obvio, una segunda o tercera, referida a los Judios.

La procedencia de los pasajeros hacia las Indias fue la siguiente: Zamora Capital, Alcañices, Benavente, Fermoselle, Fuentesaúco, Fuentes Preadas, Puebla de Sanabria, Toro, Villalpando, Villanueva del Campo y Villar de Ciervos.

A partir de 1.570, las peticiones iban acompañadas, además del certificado de nacimiento, del lugar de destino y medio de transporte marítimo a emplear.

Consecuentemente, en justicia, debo agregar en el haber del Cardenal, a pesar de las diferentes interpretaciones de esta medida, la grandeza y servicio que procuró a España con esta magnifica obra de los registros parroquiales.

Antes de iniciar el corolario de este capítulo, quiero hacer énfasis en dos apuntes que aparecen al margen; el primero es en el año 1.623, que literalmente dice lo siguiente: “Testamento de Don Francisco Rubio; casado con Magdalena Ordás.”

Lo de testamento de D. Francisco Rubio es perfectamente asumible que figure en un apartado de un libro sagrado cualquiera, siempre y cuando, sus últimas voluntades tuvieran presente a la Santa Madre. Don Francisco Rubio, según actas anteriores a esta anotación, era Bachiller, Clérigo y natural de este Pueblo. Pertenecía a la familia de los Rubios autóctonos.

Hasta aquí todo normal, pero que estuviera casado con Doña Magdalena Ordás, no encaja ni puede encajar; Doña Magdalena Ordás estaba casada, cuando él muere, con Don Beltrán Rubio, del que sin querer o queriendo tuvo nueve hijos. Don Beltrán como ya expliqué hasta la saciedad, era de la familia de los Rubios Villaferrinos. El primero de ellos en este Pueblo.

El segundo apunte que pongo en tela de juicio, es una anotación en el año 1863 que dice lo siguiente: “acta de la inauguración-bendición primera piedra del puente”. No sé a qué puente se refiere, al de piedra imposible, este se inició 14 años después.

ANECDOTARIO

A forma de Corolario, y picoteando en este maremágnum de padres, madres, niños bautizados, curas bautizadores y sin bautizar, padrinos, etc. etc. etc., he logrado un pequeño anecdotario, totalmente intranscendente, pero, con mucha suerte, alguno puede sacar conclusiones prácticas. Todo ello desde unas anotaciones al margen, por transcripción, creo yo, de D. Benjamín Casado y algunos asientos bautismales que resultan un tanto significativos.

El primer bautizo anotado se concreta en la niña Maria; sus padres eran Julián y Marina. No aparecen los apellidos de los padres.

El segundo, también fue una niña a la que le pusieron el mismo nombre que a la anterior María. Aquí si aparecen los apellidos del padre: Juan Garcia el blanco y uno de la madre: María Esteban. Ya advertí que al principio había muchas lagunas y errores.

En esta primera hoja también figuran los nombres del cura vicario Julián de Angulo y del cura Francisco de Valencia.

Primera hoja

En la pág. 2ª figura el bautizo realizado por fray Benito López a un niño llamado Sebastián, cuyo padre era Jorge de Luna y sus abuelos eran de Lisboa. (Gitanos).

Segunda hoja

Un bautizo realizado por Diego de Almansa, abad de Renueva, a una niña María Falagán Cidón, cuyo padrinazgo recayó en el Gobernador de Laciana.

En la hoja 3, aparecen varios vecinos de Requejo en padrinazgo, así como un vicario cura de Cuenca y el cura de Arcos D. Andrés Arias.

En un bautizo de hijo de soltera se dice: su padre, ella lo sabe.

En la hoja 4 se dice: bautizó Francisco Rubio, bachiller, clérigo de Santa Cristina. Este francisco Rubio es el que aparece en el testamento de 1.623, y que ya he citado anteriormente.

En esta misma hoja se cita otro bautismo aquí realizado por el capellán Noel Núñez.

En la hoja 5 del año 1.626 nace un niño que bautiza Miguel de Prado, vicario de Santa Cristina y próximo de Manganeses.

En el año 1.641 aparece Antonio Rodríguez como vicario de este Pueblo, y en el año 1.643 bautiza como capellán.

El cambio de curas, vicarios y capellanes era constante.

Tercera hoja

El día 5 del XI, de este mismo año se bautiza una niña llamada Maria Chamorro de Vega, y lo hace un fraile de la Orden de San Antón.

En esta misma hoja aparecen bautizando varias veces el cura de Requejo, así como un religioso de San Francisco de Benavente.

Cuarta hoja

En 1.652 bautiza un niño llamado Jerónimo el cura- licenciado D. Antonio Carlos de Villarroel. Lo cito expresamente por el apellido del cura.

En la hoja Nº7 que cubre los años desde 1.652 a 1.662, aparecen, bien como padrinos, bien como ejecutantes, los curas-licenciados de Manganeses, Arcos y Requejo. También se hace referencia, esto desde el principio, a distintas profesiones como guarda del monte, barquero, montaraz, hortelano, etc. etc.

Como curiosidad, el 30 del IX, ejerce como madrina de un niño-así se cita- la mujer del aguardentero de Benavente

Desde 1.635 hasta 1.665 es Vicario de Santa Cristina Miguel de Prada.

En el año 1.664 aparece como padrino ¡no faltaba más!, el alcalde de Zalamea, D. Pascual Ferrero. No era alcalde de Zalamea, era alcalde de Santa Cristina, pero pienso que el espíritu Calderoniano lo llevaba impreso en sus actos. La metáfora se la ganó con el sufrimiento que tuvo que pasar para luchar contra los Rubios Villaferrinos.

En 1.665 se bautiza un niño al que se le pone el nombre de Tomás, con solo un apellido: “De la Iglesia”; había sido hallado a las puertas de la Iglesia.

En la hoja nº11, año 1.695, se nos narra la visita y confirmación del Obispo de Astorga D. Antonio de San Jorge Miranda.

En la misma hoja y año cita un padrinazgo a cargo del Licenciado D. Miguel Esteban.

Este mismo año es nombrado vicario de este lugar a D. Bernardo Carrera. Quiero hacer énfasis en este apellido, que aparece por primera vez en el Pueblo. En el Siglo XIX lo llenará todo.

En 1.701 se bautiza una niña cuyo padre figura como hortelano del Bosque. Por primera vez se da esta circunstancia, pues de ahora en adelante es muy normal apreciarla en el libro.

En este mismo año acaba el libro 2º y comienza el 3º. Entre paréntesis dice: el 2º es de Requejo.

Esta afirmación obliga a realizar algunas reflexiones en pro del rigor histórico.

         1ª.- Si desde el año 1.571 (año en que se inicia el asentamiento en partidas) no se ha Indicado cambio de libro, es que falta el primero.

         2ª.-Si el libro que aquí termina pertenece a Requejo, nos quedan dos opciones a considerar: a) que todos los bautismos asentados pertenezcan a Requejo (algo que es Imposible) y b) que los asentamientos fueran conjuntos y, consecuentemente, el libro sirviera para las dos parroquias. No veo factible ninguna de las dos. A pesar de que muchos padrinazgos los ejercen personas de Requejo en la Iglesia de Santa Cristina, en ninguno de ellos figura la criatura como nacida en Requejo. Por una parte, y por la otra, Requejo tenía una ermita-cementerio (cuyas ruinas están presentes, y que fueron excavadas por Fernando Regueras) en las que podían realizar estos menesteres.

Creo que hubo un error de transcripción al hacerse cargo Santa Cristina del libro de Requejo

Como consecuencia de la desaparición de este Pueblo (Requejo) en el año 1.685.

En el año 1.702 es nombrado cura de este Pueblo el Licenciado Miguel Esteban

En la hoja 14 (año 1.709) apadrina una niña llamada Isabel Domínguez Fidalgo el contador del Conde de Benavente. Hago esta cita, y podía hacer muchas más, donde se demuestra que la relación del Pueblo con los servicios del Conde fue siempre muy fluida.

Con relativa frecuencia aparecen los curas, vicarios, capellanes y frailes apadrinando a niños de este Pueblo, pero que a un mismo niño Vicente Antonio Rodriguez de Abendaño lo apadrinaran dos, eso debía de ser un lujo asiático. Así fue, lo apadrinaron los curas de San Pedro de Zamudia y Mozar.

En el año 1.721, (hoja 16) es nombrado vicario de Santa Cristina Marco Tomás Alvarez Barrero.

Decía yo hace casi 30 años (allá por los años 90, que elaboré el borrador de este anecdotario) que la Casa de la Cervilla había tenido una importancia capital en el devenir del Pueblo, y sin conocer siquiera su ubicación. Hoy conocemos esa ubicación, y sigo considerando importante el trasiego de funcionarios del Conde por ella con el consiguiente aumento de población en el Pueblo.

Tomás Martínez de Omaña. Nombrado cura de Santa Cristina.

          1.724.- Francisco Fidalgo bautiza a un hijo que le pone de nombre Francisco, y que es apadrinado por el alcalde, que también se llama Francisco Fidalgo.

Hoja 19.- año 1.733. El niño Francisco Martinez Prieto es apadrinado por el alcalde del Estado

  1. Francisco Fidalgo.

En la hoja 20, 18 de agosto de 1.737, hay un padrinazgo del alcalde Manuel Gutiérrez.

Al finalizar la hoja, hay una nota de D. Francisco Fernandez Mañanes, teniente de cura, con sede vacante en Astorga. Vicario.

Hoja 22.- Año 1.743, 24-I, la niña Maria Mendez Alonso es apadrinada por el alcalde Manuel Fidalgo.

En la hoja 24, al margen, se hace figurar el nombre de Joseph Lobo como temiente de cura.

En la hoja 25 figuran los presbíteros Julián Quintanilla y D. Joseph Gutiérrez, como residentes en este Pueblo.

Obra en mi poder una donación mediante escritura pública de D. Joseph Gutiérrez a favor de un sobrino suyo de Quiruelas para ayuda de gastos en su boda. La donación consistió en una casa situada al Este de la Rectoral, aquí en Santa Cristina. El solar de aquella casa es hoy propiedad de los herederos de D. Jesús Alonso (Q.E.D.).

En la hoja 32 posdata dice: D. Jacinto Valverde, vicario, sede vacante de Santa Cristina, capellán del Bosque digo: que la forzaron en el monte, la dejaron atada, no sabe quién fue el que la tomó. Todo esto en clara referencia a la Madre de Ana Maria Domínguez. También apunta a que la desdichada fue atendida en el Hospital de la Condesa y Duquesa de Benavente.

En el año 1.771 es nombrado párroco D. Francisco Valdueza.

En la hoja 33, año 1.772,13-IX, es bautizado un niño al que se le pone de nombre Antonio que se encontró en la ermita del bendito Cristo de la Vera Cruz. Es la primera vez que leo sobre una ermita en Santa Cristina. Jamás la he oído nombrar. Quizás el cura se equivocó y en vez de decir la nave, dijo ermita.

En el año 1.777, hoja 35, fecha 21 del XII, de nuevo el portal de la Vera Cruz acoge a una niña abandonada. Será verdad que existió esa ermita, pero yo no tenia ni la más elemental idea.

Lo siento. Hasta ahora mismo no tengo más noticias que las que he expuesto.

Hoja 36, año 1.778, fecha 7-XI. Se reconoce como legítima una niña nacida fuera del matrimonio.

Es, oficialmente, la primera vez que ocurre en este Pueblo.

El día 26-X-1.784, bautizan un niño al que le ponen de nombre Lorenzo Maria. La singularidad es que era hijo del guarda del monte de Malucanes y sus padres residían allí. El monte era propiedad, como todos los demás, de los Condes de Benavente.

Hoja 43, año 1.793; el segundo Carrera aparece en este Pueblo, se llamaba Miguel y viene como teniente de cura.

 Digo el segundo Carrera y no es cierto. El segundo Carrera fue D. Enrique, que llegó a este    pueblo, antes del año 1.790, procedente de Colinas. D. Enrique estaba casado con Dª Tomasa Otero, que, precisamente, en el año 1.790 alumbró a su primer hijo, al que le pusieron de nombre Juan. Ahora empezaba a consolidarse el apellido Carrera en este Pueblo.

Hoja 45.- Año 1.797, fecha 21-V; un niño al que ponen de nombre Isidro es encontrado a la puerta del Bosque.

Hoja 46.- Año 1.799, fecha 23-IV, por primera vez y, creo que última, aparece el bautismo de una niña a la que pusieron el nombre de Gregoria, que fue bautizada por el cirujano del Pueblo. En este apunte se cita el nombre de la madre, Maria. El nombre del padre real, Gabriel Gallego, y el nombre del marido de la mujer Francisco Silván. Advirtiendo-eso sí- que el matrimonio se realizó al tiempo de nacer la niña. Esto es precisión y lo demás son cuentos.      

En la hoja número 47 y el año 1.800, es nombrado párroco de Santa Cristina D. Manuel Centeno.

En la hoja número 51, año 1.806, se da cuenta del bautizo de un niño cuyos padres residen en la casa de Socastro. ¿En calidad de?

En la hoja nº 57.- año 1.814, figura como vicario D. Ramón Sandín. También figura y no se a qué obedece el nombre del cirujano D. Francisco de Prada.

Hoja 58.- Año 1.816, aparece una niña en el portal de Maria Fanjul, es entregada a la Iglesia por D. Manuel Vicente Rubio.

En esta misma hoja, pero el año 1.817, se hace figurar la contratación de un nuevo cirujano: D. Francisco Cárdenas.

En el año 1.821, hoja 63, se da cuenta de la contratación de nuevo cirujano: D. Rafael Vargas.

Hoja 80.- Año 1.843, fecha 25 de Julio. Un niño al que le ponen de nombre Fabián Santiago, fue encontrado a la puerta de Fabián.

En la misma hoja, en el mismo año, un mes después, fue encontrada la niña Antonia Felisa, introducida en una talega, y colgada la talega en la puerta de D. Bartolomé Rubio. La casa de este Señor estaba situada en la esquina de la plaza y la C/ de Isabel II. (Frente a la casa de Julito).

Hoja 84.- Año 1.847, figuran como ecónomos D. José de Cantos y D. Domingo Justél. Este era exclaustrado del convento de los Dominicos de Benavente.

En el año 1.852 termina el libro 3º y comienza el IV.

Este mismo año es nombrado Ecónomo D. Domingo Justél.

Hoja 91.- Año 1.854, figura como cura propio D. Gabriel Fernandez Cidón.

En 1.855, un niño se encontró a las puertas del mesón, le pusieron de nombre Francisco.

En el año 1.863, el 24 de Octúbre, figura una anotación que literal dice:” Acta de la Inauguración-Bendición de la primera piedra del Puente”. Ya advertí en un Cap. anterior mi discrepancia con esta inscripción, al advertir que la fecha no se corresponde con la iniciación del puente de piedra. Quizás fuera otro de los muchos de madera que se construyeron, y del cual no queda constancia alguna.

A partir de la fecha de iniciación del IV libro, cambia totalmente el sistema de transcripción, no dejando ningún espacio libre ni margen para las anotaciones.

Consecuentemente se acaba el anecdotario.

A mis amigos lectores: si habéis conseguido hacer un pequeño retrato del pueblo a través de este Anecdotario, contar con mi más sincera felicitación, ¡sois muy inteligentes!