Capítulo XIV

SANTA CRISTINA…………………………RELATOS

CAPITULO XIV      ………………………….SIGLO XIX

                                                                   Por Saturnino Cardó García.

               Sigo, aunque de manera menos explícita, con el tema del anecdotario.

El 20 de noviembre de 1.858, el Ayuntamiento intenta dar contestación a una carta remitida desde la superioridad, instando al Ayuntamiento a dar explicaciones del porqué el vecindario no había votado en las elecciones municipales recientemente celebradas. La contestación no tiene desperdicio: según la opinión recabada del vecindario, estos alegan: que no se votó en el Pueblo porque estos cargos (concejales) nos tienen reducidos a la más absoluta miseria, y además, como aquí somos todos labradores y en esa época teníamos mucha ocupación en el campo, optamos por trabajar y no votar. ¡Chúpate esa mandarina! Lo de la mandarina lo digo yo.

Por primera vez aparece una cartilla de evaluación de todos los productos del Pueblo, con cuenta de rendimientos por producto. Estas cartillas se realizaban para hacer más fáciles y ajustados los repartimientos.

     Escenario Nº 1

En el año 1.864, siendo alcalde D. Benito Carrera, se presentó con una demanda D. Zenón Alonso. Demanda que exigía al Ayuntamiento el pago inmediato del Foro de granos de los años 1.863 y 1.864 al Duque de Osuna, que no habían sido abonados.

Preguntado por el alcalde qué pasaría si todos los Arrotos fueran intervenidos por el Gobierno. La contestación de D. Zenón Alonso fue clara y concisa: “Tendrían que seguir pagando lo mismo”; extendió sobre la mesa una sentencia del año 1.838, en la que declaraba el pago de los foros como inagotable.

¿Quién era este Sr. D. Zenón Alonso? Era abogado en ejercicio, presidente del colegio de abogados de Benavente y a veces Juez Municipal del mismo.

En este caso actuaba como apoderado del Duque de Osuna, por delegación de D. Felipe Jalón, que era el Plenipotenciario del Mismísimo Duque.

El mensaje quedó claro: hagáis lo que hagáis, pagar, seguiréis pagando. Toda una premonición.

Por entonces, se había extendido en el Pueblo la idea de que los Arrotos deberían ser repartidos entre todos los labradores del Pueblo. Con esa idea solicitaron al Ayuntamiento, el resto de labradores, que hiciera éste una nueva repartición de los mismos. El Ayuntamiento, en principio, aceptó la petición, pero a la vista del recurso de los mayores contribuyentes presentado al Gobernador- Político, no tuvo más remedio que retroceder y esperar a la resolución de la superioridad.

El Gobernador resolvió en favor de los recurrentes y, por lo tanto, el Ayuntamiento no pudo más que acatarla.

Pero lo cierto es que los Arrotos habían dejado de ser una realidad para convertirse en una ficción, una sombra…

Cuando D. Benito Carrera (alcalde en aquel momento) le pregunta a D. Zenón qué pasaría si los Arrotos eran declarados bienes nacionales, tanto D. Benito como D. Zenón sabían ya que esa declaración estaba hecha o a punto de hacerse. Por lo cual, la guerra de los Arrotos entre los labradores de Santa Cristina quedó convertida en una lucha por sombras, no por tierras. Los Arrotos fueron adquiridos, en parte, por el Marqués de Casariego (suegro del Conde de Patilla)

Esto era una gran injusticia para Santa Cristina, y por ese motivo D. Benito Carrera ideó un sistema o argucia legal para impedirlo.

En 1.867 llega a la alcaldía D. Vicente Guerra y sigue como Fiel de Fhechos D. Benito Carrera. Lo primero que hace es manifestar que va a contratar a un médico por cuenta del Ayuntamiento para que atendiera a las familias que no podían pagar la correspondiente iguala, y que les consideraba con derecho a tener asistencia médica. ¡! SI SEÑOR ¡! Primer médico de Beneficencia en Santa Cristina data del año 1.868, fue contratado por D. Vicente Guerra. Aunque solo hubiera sido por esto, Vd. D. Vicente, habría sido un buen alcalde. Quiero significar, que en mi larga carrera por la vida, conocí a varios descendientes de este SR., entre ellos a la S. ª Beatriz  que era nieta. Aún hoy varios hijos y nietos de esta Señora viven en el Pueblo.

Esta fue la idea de D. Benito y D. Vicente, con la cual intentaron evitar una catástrofe para los campesinos de Santa Cristina. No lo consiguieron, pero, al menos, lo intentaron.

Así iniciaron el expediente con la sola idea de mantener los Arrotos:

                       Anecdotario 1.868

Aunque D. Vicente Guerra prometió contratar a un médico para que atendiera a las necesidades de los más necesitados, no se formaliza la contratación hasta la sesión extraordinaria del día 1 de agosto de este mismo año.

En esta sesión se fija la cantidad que va a percibir el médico en 300 Escudos al año con cargo al presupuesto municipal.

A la convocatoria se presentan dos médicos, uno natural del Pueblo, hijo de D. Saturnino Carrera y nieto de D. Julián Morillo. Se llamaba D. Nicolás de Tolentino Carrera Rodríguez, el otro era forastero y se llamaba D. Eugenio Fernández.

La Corporación, por mayoría, opta por contratar al forastero.

                     Anecdotario 1.869

Dimitida la Corporación anterior y celebradas las correspondientes elecciones, el primer día de este año celebra la nueva corporación su primer Pleno.

La preside, como alcalde, D. Melquiades Teijeiro.

1º teniente de alcalde, D. Julián Fidalgo.

2º teniente de alcalde, D. Celestino Pernía.

3º teniente de alcalde, D. Juan Pernía.

La componen, además, los siguientes regidores o concejales: D. Juan Mielgo, D. Fulgencio Miñambres y D. Pablo Blanco.

En esta misma sesión fue cesado el secretario D. Saturnino Carrera, el cobrador de impuestos y contribuciones D. Benito Carrera, el Alguacil y depositario.

Nombran como Secretario a D Manuel Rubio, que tenía solo 17 años.

También dieron de baja a la maestra de niñas por incumplimiento del deber… ¿Y al apuntador?

Sesión de 21 de febrero. 

La junta local se presenta en el Ayuntamiento y expone la imposibilidad de cobrar los impuestos por la miseria en que se encuentra el vecindario.

La penuria es de tal magnitud que el ayuntamiento, para suplir el cobro, y poder atender sus necesidades, acuerda vender las eras del Calvario.

Ante esta situación, se acuerda remitir un escrito al Gobernador de la provincia, para que lo haga llegar al Gobierno, “suplicando” que aplace la cobranza de contribuciones al ejercicio siguiente, en base a la miseria que atenaza al Pueblo, y que los comisionados ven la total imposibilidad de ejercer su función cobratoria. ¡! QUÉ DIFICIL LE HA RESULTADO A ESTE PUEBLO LLEGAR HASTA AQUÍ. !!

En sesión de 20 de marzo, acuerdan, ni más ni menos, proceder ejecutivamente contra los bienes de los miembros de la Corporación pasada, toda vez-según ellos- no habían contestado satisfactoriamente a sus observaciones, acusándoles de desfalco. Ni estos corporativos, ni los siguientes, entendieron la obra de sus antecesores en defensa del patrimonio municipal. No quisieron ver que los gastos en el inventario eran absolutamente necesarios para la defensa del patrimonio de la totalidad del Pueblo. Tuvieron la desfachatez de acusar a D. Vicente y sus Concejales de Desfalco. También hay que tener en cuenta que esta corporación se constituyó como “Junta Revolucionaria”.                                          A Isabel II la pusieron al otro lado de la frontera francesa una vez que las tropas de Prim y Serrano vencieron a las Isabelinas en Alcolea, y decretaron que se formaran juntas revolucionarias en todos los Ayuntamientos de España.

D. Melquiades Teijeiro, alcalde constitucional, se convirtió en el presidente de la Junta. No he podido averiguar quién era este personaje; apareció en la vida pública del Pueblo, desapareció poco tiempo después al negarse a jurar la Constitución que ese mismo año se había aprobado y, como consecuencia, ser cesado por el Gobernador. Como una estrella fugaz en un cielo lleno de nubes. El apellido parece que fuera gallego o portugués, pero aquí en el Pueblo no se encuentra ni ascendiente ni descendiente de él. Puede que fuera uno de los dos o tres tejedores que se establecieron en el Pueblo por aquella época, y este hiciera honor a su apellido.

Lo único cierto que sabemos, por su obra, es que revolucionario sí que era.

En la sesión del 3 de abril, ante el fallecimiento del médico titular D. Eugenio Fernández, aprueban mediante concurso la provisión de la plaza vacante.

La dotación será de 650 escudos, mediante el sistema de igualas, más 90 que pagará el ayuntamiento por atención a pobres; autorizándole a visitar enfermos en pueblos limítrofes que no tengan médico., siempre que los servicios de éste se encuentren atendidos.

Pleno del 24 de septiembre de este mismo año: la Diputación Provincial en una circular pide al Ayuntamiento que indique el tiempo desde que las 92 cargas de tierra de Arrotos se vienen cultivando, sistema de adjudicación y aprovechamiento.

El Ayuntamiento contesta, juntamente con representantes de las tres clases en que estaba dividido el Pueblo, que en cuanto a la roturación y procedencia de las 92 cargas, ninguno de los presentes podía dar ninguna explicación, y en cuanto a las reglas para su adjudicación que se han venido observando eran las siguientes: a la muerte de un llevador se queda con el quiñón la viuda, y a la muerte de esta se entrega al labrador más antiguo del Pueblo que no tenga quiñón. Añaden que se ha venido pagando por el aprovechamiento un foro consistente en NUEVE CARGAS Y MEDIA DE TRIGO Y OTRAS TANTAS DE CEBADA, CON SIETE CARROS Y MEDIO DE PAJA al Sr. Conde de Benavente.  (*)

Este fue el primer aviso de la administración provincial sobre los Arrotos. Aquí se notó ya la ausencia de D. Benito Carrera. La respuesta no pudo ser peor para los intereses del Pueblo. La respuesta obligada era: todos los terrenos han sido y son nuestros desde siempre.                                                                                          (*) Siendo Duquesa Dª Josefa, parece ser, suspendió el pago en paja, dejando el foro en 39 fanegas de trigo y lo mismo de cebada. El grano a pagar era equivalente al anterior.

Pleno de 16 de octubre de 1.869

Por el presidente se advierte que hay en el Pueblo un comisionado con dietas de 30 reales diarios pidiendo más de CUARENTA Y CUATRO MIL REALES por el cargo de la contribución territorial correspondiente al ejercicio económico de 1.868/ 1.869, la cual está condonada por dos años por orden del poder ejecutivo. Efectivamente el Ayuntamiento había pedido la condonación de deudas en base a los perjuicios causados por la sequía en los últimos tres años.

        Anecdotario año 1.870.

El primer pleno de relevancia que celebra el Ayuntamiento bajo la presidencia de D. Julián Fidalgo, sustituto del cesado Melquiades Teijeiro, fue el día 26 de febrero de 1.870. En esta sesión se dio a conocer el oficio de la Diputación Provincial por el cual manifiesta que el disfrute de los quiñones de Arrotos y comunales, como ha sido costumbre, solo corresponde disfrutarlos a los labradores que tengan al menos una yunta. El que no la tenga o la haya perdido no tiene derecho al dicho disfrute. En esa línea estaba el propio alcalde D. Julián Fidalgo, que además de disfrutar del quiñón correspondiente, había sido destinatario de una de las cáñamas retiradas a los más pobres. Este hombre entendió que la caridad empieza por uno mismo.  Ante el escándalo que esta decisión supuso en el pueblo, hubo multitud de reclamaciones; reclamaciones que solventaron con la promesa de estudiarlas pormenorizadamente. Hasta hoy.

En la sesión del 16 de abril se acuerda el vender ciertos terrenos propiedad del Ayuntamiento para enjugar el déficit que este arrastra de los ejercicios de 1.868, 1.869, y 1.870. Entre los terrenos que se acuerda vender figura uno que va desde la regadera del barrero hasta la laguna de la iglesia. Era todo el triángulo formado por las casas de la carretera con el camino del Bosque y la regadera que desaguaba en el barrero, (hoy calle de Mozar).

Al mismo tiempo acuerdan hacer un repartimiento para pagar a la diputación la parte que le corresponde al Pueblo en el presupuesto de la misma. Total, en escudos 286.- La diputación nunca ha dado nada a los pueblos, ha vivido de ellos.

                            Anecdotario 1.872

El día 1º de Febrero de este mismo año cambia la Corporación.

La desamortización avanzaba, pero ni en un solo pleno se habló de defender el patrimonio (mutis por el foro).

Dejan sus cargos D. Julián Fidalgo, D. Pablo Blanco, D. Fulgencio Miñambres, D. Celestino Pernía, D. Juan Pernía y D. Juan Mielgo. La Corporación saliente funcionó con solo 6 regidores por el cese de D. Melquiades Teijeiro.

Entran a formar parte de la nueva: D. Antonio Villar, D. Benigno Sobejano, D. José Pozuelo, D. Pedro López, D. Elías Palacios, D. Vicente Rubio y D. Gregorio Pernía.

Es elegido alcalde D. Benigno Sobejano

Parece que el objetivo primero y último de esta Corporación es regularizar los pastos comunes. En la práctica totalidad de los Plenos este es el tema recurrente.

En la sesión del día 29 de junio se reconoce que el Duque de Osuna no mantiene buena relación con el Pueblo. Antes otorgaba todas las ramas que se necesitaran para adornar las calles el día de la fiesta patronal y ahora nada. Tenemos que podar algunos árboles del plantío municipal.

Pero cómo podrían ser tan ingenuos. El Duque Mariano no había oído hablar nunca de Santa Cristina y mucho menos de los Arrotos.

El día 8 de julio vuelven a sacar a colación las cuentas de D. Vicente Guerra.

Según consta en acta, no satisfacen las razones de éste a la nueva Corporación y, en consecuencia, acuerdan ir contra sus bienes. Se retratan ellos solos.

20 de septiembre

La Corporación se da por enterada del fallecimiento de la profesora de instrucción pública Dª Blanca Lorenzo.

Después de un detenido estudio de la situación, y a la vista de que el Ayuntamiento no dispone de recursos para pagar a estos funcionarios, acuerda dirigirse al Gobernador de la Provincia con la solicitud de supresión de la plaza por considerarla perjudicial para los intereses de la localidad en las actuales circunstancias. Me da la sensación, al leer esto, que en vez de personas eran cangrejos.

El 24 de septiembre aprueban el presupuesto municipal. Consignan como ingresos 72 pesetas y cincuenta céntimos. Los gastos ascienden a 4.821 pesetas y diecisiete céntimos. ¿Lo pueden creer? Yo tampoco. Un déficit de 4.748, 67 pts. Pero vamos a ver: con unas propiedades de 108 hectáreas de terreno de la mejor calidad (aún no habían sido desamortizadas) y otras 120 de prado ¿solo cobraban 72 pesetas? Imposible de poder cuadrar. Al mismo tiempo aprueban repartimientos, gravámenes sobre contribuciones y lo que haga falta. Se nota la falta de D. Benito Carrera en el Ayuntamiento.

                      Anecdotario 1.873.

El día 2 de marzo de este año en la sesión ordinaria del Ayuntamiento, una gran muchedumbre impidió el desarrollo del mismo, increpando y pidiendo la dimisión de todos ellos. Ya no podían aguantar más. Los bienes comunales estaban en manos de unos pocos, mientras que la inmensa mayoría del Pueblo pasaba hambre. Salieron vivos – metafóricamente hablando-, y al día siguiente en un Pleno extraordinario celebrado de madrugada, acordaron que los vecinos no tenían razón por cuestiones históricas y legales. Sin más.

A perro flaco……el 21 de marzo se presenta un comisionado de Hacienda en servicio de apremio porque el Ayuntamiento adeuda a hacienda más de 2.000 reales en concepto de cédulas de empadronamiento. Pero además trae otra requisitoria por valor de 297 pesetas en concepto de sumarios de los años 1.869 y 1.870.

El colector de estas cantidades fue el vecino de este Pueblo D. Sebastián Fidalgo, que lo recaudó, pero no lo entregó donde debía. El Sebastián está en la más absoluta pobreza, y el Ayuntamiento, subsidiariamente, deberá hacer frente a la situación.

La sesión extraordinaria del día 24 de agosto da fin a la Corporación presidida por D. Benigno Sobejano, y alumbra otra que va a presidir D. Antonio Villar, que era concejal de la saliente. Esta Corporación saliente duró solo 20 meses de pena y sin gloria. (D.E.P.). Su obligación moral y legal era defender los arrotos, esto era defender al Pueblo, como D. Vicente Guerra había hecho, pero hizo todo lo contrario, intentar hundir en la miseria a D. Vicente.

Por la constancia de los hechos, D. Benigno Sobejano no pasará a la historia como un alcalde leal, pasará como el alcalde al que su pueblo por una amplia mayoría exigió su dimisión. Ellos no dimitieron, tuvo que ser la autoridad superior la que determinó su salida del Ayuntamiento antes de cumplir los dos años reglamentarios.

La nueva corporación presidida por D. Antonio Villar tiene la primera prueba de fuego el 13 de octubre; un comisionado de apremio de la Diputación se presenta para cobrar los débitos del Ayuntamiento con aquella Corporación Provincial. Como las arcas del Ayuntamiento están totalmente vacías, y no hay posibilidad, por el momento, de vender más bienes, (estos estaban bloqueados ya por las actas de la Junta Provincial) considerando que son muchos los vecinos que se niegan a pagar las contribuciones y repartimientos, piden al Gobernador y a las FUERZAS ARMADAS apoyo para proceder contra los morosos. Con cañones o sin cañones- añadiría yo-. Mal comienzo, aunque la situación fuera límite.

Vuelven, como de costumbre, a aprobar un presupuesto ficticio. Un presupuesto con 125 pesetas de ingresos y 4.700 de gastos. Inevitablemente el Ayuntamiento está en quiebra. No puede soportar déficit sobre déficit, ni los vecinos repartimiento sobre repartimiento.

En el cap. de gastos, la cantidad 4.700 pts., me parece normal, lo que me parece anormal son los ingresos 125 pts. Aunque ya los Arrotos estuvieran congelados, con las 130 hectáreas de prados bien se podía enjugar un déficit de 4.575. Pts. Pero eso era tocar privilegios ancestrales, y eso no se podía tocar, según la política aplicada por entonces.

Este mismo año, 27 de diciembre, imponen un nuevo impuesto sobre huecos de las casas a la calle: puertas, ventanas y balcones. Calderilla.

Aprueban, como los años anteriores, un nuevo repartimiento para enjugar el déficit municipal.

                          Anecdotario 1.874

El 9 de febrero se celebra pleno para cubrir la plaza de médico titular. Es nombrado D. Nicolás de Tolentino Carrera Rodríguez, hijo del Pueblo y PRIMER MEDICO ALUMBRADO POR ESTE EN LA HISTORIA.

Éramos pocos…. ¡parió la abuela! Si todas las Corporaciones se veían y deseaban para cubrir los déficits presupuestarios, la orden de 26 de junio de este año que obliga a todos los Ayuntamientos a formar una junta de contribución de consumos, que no tiene otra finalidad que cobrar a todos los contribuyentes, según derrama establecida por la superioridad. Esta junta agravará más, si cabe, las paupérrimas economías familiares de los contribuyentes. El desasosiego y la desesperación están haciendo grave mella.

De momento, el reparto para este Pueblo fijado por el intendente provincial es de 6268 pts., y veinticinco céntimos. A esta reunión, que como a todas en las que se trata de impuestos y presupuestos, como es preceptivo, deben asistir doble número de vecinos que concejales, no hubo la unanimidad que casi siempre se da; las discrepancias se saldaron con una solución salomónica: ni lo de unos ni lo de otros: lo del medio. La solución: un repartimiento por consumos. ¿Pero qué iban a consumir si se estaban muriendo de hambre?

El 18 de noviembre, por causas desconocidas, se vuelve a convocar nuevo concurso para proveer la plaza de médico titular. El concurso es ganado por D. José Martínez Suarez que obtuvo 16 votos por los 9 que obtuvo D. Nicolás Carrera Rodríguez. No se entienden estas cosas, pero… ¿De dónde salieron tantos votantes? ¿Amaño?

Este mismo día solicitan a la superioridad permiso para tirar árboles del plantío municipal,  y así poder terminar la estacada que llevó el rio.

Acaba este ejercicio entre juicios del ayuntamiento y hambre en la población.

Nada en defensa del patrimonio. (Arrotos) Sigue el mutis por el Foro.

                           Anecdotario 1.875

A parte de la gran cacicada en la Historia de este Pueblo ocurrida el 21 de abril, que relataré poco más adelante, lo único destacable durante este año, como anécdota, fue la constitución de la Junta Católica y Monárquica. Al iniciarse por esta época la restauración borbónica, al Monstruo (Antonio Cánovas del Castillo) que era el hombre fuerte del nuevo régimen, se le ocurrió y puso en práctica la creación de estas juntas en todo el territorio nacional.

Es de suponer que la idea era apuntalar al nuevo monarca Alfonso XII.

Creo que, después del reinado de Amadeo de Saboya el breve, y los meses de la 1ª República, la consagración de Alfonso XII no necesitaba de estos manejos.

Lo que consiguió D. Antonio Cánovas del Castillo con estas creaciones, fue la consolidación y consagración del Caciquismo en España, y además dio pie a la Monarquía para inmiscuirse en los asuntos políticos- partidistas, que le estaban vedados, y que tuvo un resultado funesto para su hijo Alfonso XIII, que todos conocemos.

            A los miembros de esta Junta les exigían jurar lealtad al Rey Alfonso XII. A la muerte de este, me supongo, que jurarían lealtad a su hijo. Creó un partido monárquico, que como partido político tenía pocos pros y muchas contras.

Los nombres de los que juraron lealtad al Rey en este Pueblo, los voy a obviar, no tiene importancia.

                         Anecdotario 1.877

La pequeña era de D. Nicolás de Tolentino Carrera Condado.

Primer día de marzo de 1.877.

Se reúnen en la sala capitular del Ayuntamiento las dos corporaciones: la cesante y la entrante. No tiene justificación que D. Antonio Villar estuviera en el cargo de alcalde casi cuatro años. Algo huele a podrido en Dinamarca.

La nueva corporación va a estar formada por los siguientes señores: D. Blas Palacios Fidalgo, D. Juan Mielgo Fidalgo, D. Gregorio Pernía, D. Nicolás de Tolentino Carrera Condado, D. Celestino Pernía Alonso, D. Vicente López y D. Miguel Barrios.

Tomó posesión de la Presidencia de manera provisional D. Blas Palacios, por haber sido el más votado, y juró ante el alcalde saliente D. Antonio Villar, para después tomar él juramento al resto de concejales entrantes. El juramento, que por primera vez era preceptivo a los concejales en la toma de posesión, era del literal siguiente: ¿Juráis por Dios y los Santos Evangelios ser fiel a S. M. el Rey D. Alfonso XII y al cumplimiento de las Leyes, conduciéndoos bien en el desempeño de vuestro cargo?; si así lo hacéis que Dios os lo premie, y sino que lo demande.

Por fin se va D. Antonio Villar de la alcaldía; en su epitafio debería constar la siguiente inscripción: “Hice por mi Señor el Duque lo que nunca debí, pero pude; que no sea el Pueblo quien me premie, pero sí el Duque.”

Una vez que juraron sus cargos, los nuevos concejales se reunieron en sesión extraordinaria para, como imponía la Ley Local, nombrar en votación secreta entre todos los concejales electos al alcalde.

Así se hizo, y el escrutinio dio el resultado siguiente: D. Nicolás de Tolentino Carrera Condado 7 votos, la totalidad de los miembros que componían la Corporación apoyaron al alcalde más joven de toda la historia de este pueblo (cumplió 26 años el día 10 de noviembre de 1.876). Que yo sepa, jamás ha tenido este Pueblo un alcalde de esa misma edad o menos. Consecuentemente en el acto fue nombrado alcalde y se le entregó el bastón de mando.

Por el mismo sistema fue elegido el Tte. de alcalde y el regidor síndico, cuyos puestos recayeron en D. Celestino Pernía y D. Juan Mielgo, respectivamente.

Su primer acto de alcalde fue proponer la destitución de D. Manuel Rubio como secretario. Argumentó su propuesta en la mala dirección de los negocios del Ayuntamiento. Mucha razón tenía el alcalde, pero no toda. A mi juicio, antepuso a la razón, cuestiones personales derivadas del mal trato recibido por su padre D. Benito Carrera por parte de D. Manuel Rubio cuando fue cesado aquel en el año 1.869. Nadie dudaba que los intentos de llevar a los tribunales a su padre y a D. Vicente Guerra partieran de D. Manuel.

Su propuesta fue rechazada por dos votos contra cinco. No sabía con los bueyes que araba.

El día 2 de mayo en sesión ordinaria, el alcalde presenta una propuesta al pleno para que D. Manuel fuera cesado como recaudador de impuestos del Ayuntamiento. Por imperativo legal, no tuvieron más remedio que aprobarla.

La Ley prohibía taxativamente que ningún funcionario de Ayuntamiento fuera cobrador de impuestos en el mismo. He mirado con detenimiento los apuntes y no he encontrado ninguna sesión en la que fuera nombrado D. Manuel Rubio como cobrador de impuestos municipales. Se nombró así mismo, y además el porcentaje que cobraba era el máximo permitido, 5%. Esta situación no la conocían ni los entrantes ni los salientes. Resultaba que el Sr. secretario estaba cobrando más del doble por cobranza que por la secretaría. El palo económico que recibió D. Manuel lo debió acusar y mucho.

Quiero aclarar que los secretarios en aquella época no eran funcionarios, tal cual hoy los conocemos, eran personas de confianza de la Corporación que podían contratarlas o despedirlas cuando les viniera en gana.

Y a rey quito, rey puesto. En este mismo pleno se nombró recaudador de impuestos al regidor D. Gregorio Pernía; el premio por cobranza bajó al 1,5%, y el resto hasta el 5% que cobraba D. Manuel acordaron destinarlo a enjugar el déficit municipal. Muy bien hecho.

Sesión del 19 de mayo de 1.877.

A propuesta del alcalde D. Nicolás de Tolentino Carrera Condado, la Corporación acuerda abrir expediente para la construcción de nueva casa consistorial, así como escuelas para niñas y niños. Dentro del mismo edificio estará ubicada la casa de los maestros. Estos proyectos son obra de un buen alcalde.

Este edificio fue derruido en los primeros años 90 del siglo pasado para construir- así se hizo – la casa de la cultura. Yo presidía la Corporación que tomó el acuerdo, y puedo asegurar que me costó muchas horas de reflexión para tomarlo. No obstante, los informes técnicos determinaron la suerte de aquel viejo caserón. Caserón del que muchos de nosotros (los de mi edad y más) guardábamos nuestros más tiernos recuerdos de aquellas vivencias irrepetibles.

Allí dimos los primeros pasos muchas generaciones de alumnos.

Allí, bajo la batuta de aquel insigne maestro que fue D. Julián Furones, recibí, como tantos otros, las lecciones de humildad y respeto hacia los demás, que desgraciadamente han perdido vigencia.

Quiero rememorar con estas pocas y simples palabras a un MAESTRO, UN HOMBRE, de cuya honestidad y entrega a la enseñanza jamás dudó nadie:

¡! MUCHAS GRACIAS D. JULIAN!!

¿Recuerdan Vds. aquellas 3.500 Pts. que fueron adjudicadas al Ayuntamiento de Santa Cristina por la venta del Prado de Cruces? Pues D. Nicolás de T. Carrera logró traerlas al Ayuntamiento y diseñar un proyecto para la contratación de las obras de la nueva Casa Consistorial. Los fondos eran provenientes, como ya he dicho, de la desamortización y venta por parte del Estado del Prado Cruces.

El alcalde, con un buen criterio, propuso la contratación de las obras con cargo a una partida especial nutrida con este dinero. Del mal, el menos.

En la sesión del 9 de junio, el alcalde da cuenta al pleno que le han sido concedidas las maderas sobrantes de la construcción del puente de piedra           (quiero recordar que los tres primeros arcos del puente en la parte de Benavente, los había derrumbado el rio en el pasado invierno) solicitadas con anterioridad para la construcción de otro puente de madera, ya que el que había se lo llevaron también las últimas riadas. La avería en las obras de construcción del puente de piedra, hacía presagiar un retraso importante en su terminación. A pesar del acuerdo de construir un nuevo puente, en la sesión del 29 de julio se aprueba que el constructor y posterior beneficiario en la explotación sea una persona del Pueblo: D. Miguel Fernández Encina. Este Sr. Se comprometió a construirlo y explotarlo en determinadas condiciones: todos los habitantes del Pueblo pueden pasar por el puente tantas veces quieran, así como sus ganados y útiles de trabajo.

El contrato tenía una duración de 6 años, no teniendo D. Miguel Fernández Encina ningún derecho a indemnización en caso de que el puente de piedra entrara en servicio antes de la finalización del contrato.

El 19 de este mismo mes tiene entrada en el Ayuntamiento la aprobación, por parte de Obras Públicas, de la construcción del puente provisional. Pero esta aprobación conlleva una serie de condiciones que el Ayuntamiento no acepta. Por consiguiente, no se construyó el puente, y el contrato con D. Miguel Fernández Encina quedó, de facto, anulado.

Los tiempos cambian y las instituciones también. Hacía varios años que la plaza de beneficencia municipal había sido adjudicada a D. José Martínez Suarez, en detrimento de D. Nicolás Carrera Rodríguez (médico nacido en este Pueblo y primo-hermano del actual alcalde). Pues bien, cumplido el contrato, sale de nuevo a concurso la antedicha plaza que es adjudicada por unanimidad del Ayuntamiento a D. Nicolás Carrera Rodríguez. Los méritos de uno y otro eran los mismos, lo que no era lo mismo es la composición del Ayuntamiento, especialmente el alcalde.

Sesión del 17 de octubre del mismo año 1.877

Este pleno es convocado por el regidor 1º y Tte. de alcalde D. Celestino Pernía.

La razón -según manifiesta este al resto de la Corporación- que el alcalde D. Nicolás de T. Carrera Condado se ha fugado por haber sido alcanzado por el Banco de España en la recaudación de contribuciones en un distrito de este partido.

Los concejales se dan por enterados y sin más, nombran alcalde a D. Celestino Pernía.

La institucionalización del caciquismo en España impuesto por D. Antonio Cánovas del Castillo y D. Práxedes Mateo Sagasta, impone muchas reservas sobre actuaciones administrativas y judiciales a los cargos públicos no adeptos al sistema. Este caso tiene todas las trazas de ser uno más en la larga lista de los depurados por libre. La fórmula era muy simple: un paniaguado, por dos pesetas, ponía el dedo en un papel que no sabía ni lo que decía, ni para lo que era, y el resto ya lo hacían las autoridades. Era una denuncia anónima, que tenía vigencia hasta que se consumaba el atropello, una vez conseguido el objetivo, la denuncia se retiraba, y aquí paz y en el cielo gloria.

Miles de alcaldes tuvieron que abandonar sus puestos por este sistema criminal.

Yo estoy convencido, y Vds. lo van a estar también, cuando les muestre un acta del Ayuntamiento, de que a este buen chaval lo liquidaron del puesto por honrado e inteligente. Estoy seguro que al día siguiente de nombrar alcalde a D. Celestino Pernía, la denuncia fue retirada y como que no había pasado nada.

En el caso probable que así hubiera sido, el culpable estaba en el Ayuntamiento, pero no era concejal.

Lo cierto fue que un cura, un excelente secretario, otro secretario ocasional, un maestro albañil, el primer médico alumbrado en este Pueblo y un maravilloso alcalde, todos con apellido Carrera, fueron borrados de la faz de este Pueblo, porque este alcalde no le permitía llenar los bolsillos a un señor a cuenta del hambre del pueblo. Este chaval, D. Nicolás de T. Carrera Condado, no volvió a pisar el Pueblo.

En prueba de lo que he dicho, D. Nicolás de Tolentino Carrera Condado siguió cobrando impuestos en la comarca,- eso si- sin ser alcalde.

Poco tiempo después, su primo D. Nicolás Carrera Rodríguez, el médico, se marchó también del pueblo y no volvió jamás.

La saga de los Carrera, que llenó la vida política y social durante buena parte del Siglo XIX en este Pueblo, la hicieron desaparecer sin ningún motivo que pudieran justificar.

Aquí va la fotocopia del plano diseñado por D. Nicolás de Tolentino Carrera Condado. Junto a este se deben poner las fotos del Ayuntamiento viejo por ambas partes.

El plano de la imagen se corresponde con el edificio del antiguo Ayuntamiento y fue diseñado por D. Nicolás de Tolentino Carrera Condado.

Rectificar es bueno, y es de humanos….

Cuando en varias ocasiones escribí sobre los mayorazgos de este Pueblo, nunca me olvidé de nombrar al de los Judíos Dígujas. Ahora lo escribo así, antes escribía Dígufas, porque eso me parecía leer sobre determinados documentos antiguos. Siempre pensé que habían puesto los pies en polvorosa al promulgar los reyes católicos la orden de expulsión. Como verdaderamente se apellidaban era Dígujas, y no se fueron de Benavente en el año 1.492, como yo creía, se fueron mucho más tarde, dejando atrás algún gesto que quiero destacar.

Joseph Dígujas, natural de Benavente participó en la expedición de Pizarro en la conquista del Perú. Fue uno de los TRECE VALIENTES que cruzaron la raya para mostrar su disposición a seguir con la conquista en un momento dramático para la expedición. Por ese gesto, el Ayuntamiento de Benavente le ha dedicado una incipiente calle. Pero esta familia de Judios que habitaban en Benavente, aunque su hacienda la tenían en Santa Cristina, tuvieron posteriores contratos sobre arriendos con el Concejo de Benavente. Desconozco lo que pasó y cuando ocurrió su desaparición; lo cierto es que su Mayorazgo en este Pueblo perduró hasta los años sesenta del pasado siglo, cuando en los trámites anteriores a la concentración parcelaria, descubrieron la propiedad de determinas fincas que correspondían al Mayorazgo que llevaba su nombre: “Dígujas.”

Lo que pasó después lo ignoro. Lo que no puedo ni quiero ignorar es que estos hijos de Israel, aquí en Santa Cristina, en Benavente y en Perú, dejaron huella.

MÁS SOBRE REQUEJO:

Aunque el enigma de Requejo ya había desaparecido, aún quedaba un cabo sin atar, ¿dónde estaba exactamente la ubicación de este Pueblo, que aparte del Torrejón- ya explicado-, no queda el más mínimo vestigio de su existencia?

Yo estaba convencido, y así lo manifesté en el Cap. que dediqué a su estudio, que el rio lo había engullido. No encontraba otra explicación, al no hallar en las inmediaciones del Torrejón (ermita-cementerio) ni el más mínimo rastro de lo que tenía que ser un despoblado reciente (año 1.685). Y así lo dejé.

Hay casualidades, aunque sean escasas, existen. Poco antes de iniciar el confinamiento por el Cobi-19, Benigno Andrés Fidalgo (Nino el Piso), aquí soy repetitivo, me entregó un tocho de hojas (800 aproximadamente) que correspondían a una copia del Testamento de Dª Sofía Fernandez Casariego         (Viuda de D. Enrique Tordesillas, Conde de Patilla), en la que en su pagina Nº 68, y en su V descripción de sus heredades en la Vega, dice literalmente:Otra suerte, (*)  “donde estuvo el lugar de Requejo”, linda al naciente con prado del Cárcavo, mediodía con tierra de Juana Nuevo, poniente, otra del mayorazgo de Distriana y norte finca de este caudal, que fue de la capellanía de Ventosa; mide cuatro celemines y dos cuartillos, equivalentes a doce áreas, cincuenta y siete centiáreas y sesenta y siete decímetros cuadrados.

(*) En el testamento a todas sus posesiones individuales se las denomina suertes.

La superficie de esta finca (2.500 m2., aproximadamente),  me hace pensar que esta se encontraba dentro de su perímetro urbano, pero que este se extendía por alguna superficie más. Intentaré encontrar algunos escombros, y de esta forma cerraré definitivamente este estudio sobre el despoblado de Requejo.

Foto de la suerte dónde se ubicaba el Lugar de Requejo. Según el testamento de Dª Sofía Fernández Casariego.

LA HISTORIA ESTÁ SIEMPRE PARA SER REESCRITA. CUANDO UN DOCUMENTO, O UN ESTUDIO EN PROFUNDIDAD, NOS REVELAN NUEVOS HECHOS, EN AMPARO DEL RIGOR HISTÓRICO, DEBEMOS ACEPTARLOS Y RECTIFICAR TODO LO QUE SEA NECESARIO Y CONVENIENTE, EN POS DE LA VERDAD.

Finaliza este capítulo con fotografías de la guerra de Cuba.